Un año en Reno

En este diario iremos compartiendo algunas de las experiencias -espero que la mayoría de ellas agradables- durante los diez meses de estancia, día más día menos, como William A. Douglass Distinguished Scholar en el Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada, Reno.

domingo, 19 de febrero de 2012

Un hotel histórico en Los Ángeles

Así es como se anuncian los del Mayfair Hotel, a dos cuadras -que dirían los argentinos- del downton de Los Ángeles. Está relativamente bien situado, aunque de noche el barrio no da excesiva buena espina, pero sobre todo destaca por que es un hotel a la antigua usanza. Un rascacielos de los años 30, que se ha quedado pequeño al lado de los monstruos de metal y vidrio al otro lado de la autopista 110, pero que tiene su encanto, la verdad.


Si el exterior es sobrio, como los son las habitaciones, hay que reconocer que deslumbra un poco al entrar el lobby, que no sé por qué me recordaba al del hotel Pennsylvania en Nueva York. Quizá porque sean exponentes de la misma época, aunque a este hotel en el que estoy ahora le acaban de lavar la cara y -como dicen los mexicanos- luce muy nuevo.



Eso sí, la vista desde la habitación es fabulosa. He intentado sacar una foto pero soy un poco manta con esto de los objetivos y las velocidades de exposición, así que he encontrado en internet una que se le parece, y aquí os la pongo.


Lo mejor de todo, en todo caso, es que la adaptación lingüística ha sido mejor que nunca. A fin de cuentas, quitando Reno (y Vitoria) es la ciudad en la que más veces he estado durante el último año...

lunes, 6 de febrero de 2012

Equilibrio inestable

Vaya susto que me pegué el pasado mes de junio, a mi regreso definitivo tras finalizar mi scholarship en Reno. Así me recibieron en Europa, en el aeropuerto de Munich. Un arriesgado empleado alemán jugándose el tipo en un equilibrio inestable...


De todos modos, tiene truco. Si pueden ampliar la foto se percibirán de la hábil jugada propagandística que nos han endilgado los creativos de turno. Es que no ganamos para sustos.