Un año en Reno

En este diario iremos compartiendo algunas de las experiencias -espero que la mayoría de ellas agradables- durante los diez meses de estancia, día más día menos, como William A. Douglass Distinguished Scholar en el Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada, Reno.

jueves, 30 de septiembre de 2010

AEMI meeting at Bilbao




Hoy por la mañana hemos presentado el trabajo sobre el proyecto Los Vascos en la Prensa Americana en el palacio Euskalduna en Bilbao. Una ojeada a las caras. En mi caso es efecto del jet-lag, pero no voy a decir nada de Alberto o Jon Ander.En la primera de las fotos, además, nos está dando unos consejos Brian Lambkin, el presidente de AEMI.
Pasando a temas más científicos: los croissants y el café han estado muy bien. Pero esperaremos a la comida para poder hacer una evaluación más completa del meeting.

Brian dándonos unos consejos.

Oscar y Alberto atendiendo con interés a Jon Ander durante su parte de la exposición.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Otra vez en el aire

Sobrevolando Winnemucca

Tras el primer mes de adaptación en Reno, que se me ha hecho muy corto por toda la cantidad de gestiones y papeleos que hay que hacer para instalarse legalmente en el país, esta semana he hecho mi primer viaje de regreso a casa. Aunque también hay otro tipo de razones personales, el motivo fundamental de este viaje tiene que ver con mi actividad en el CBS. Durante esta última semana de septiembre, y los primeros días de octubre, estamos organizando en Bilbao el meeting anual de AEMI (Association of European Migration Institutions); es un evento que llevamos más de un año organizando, ya desde antes de que se planteara mi marcha a Reno. Por otra parte, me va a permitir "estrenar" oficialmente mi nueva afiliación científica, ya que al mismo tiempo llevo el encargo de establecer algunas relaciones con los colegas europeos en nombre del centro. Veremos.

El Gran Lago Salado. En la orilla del fondo, están Ogden y Salt Lake City.
El vuelo no lo hacía en esta ocasión vía Alemania, como había sido lo habitual en estos últimos años, sino por Salt Lake City y París. Esto me ha permitido tomar unas imágenes desde el aire del desierto de Nevada, y del Lago Salado que da nombre a la capital de Utah: una mancha azul que contrasta con el ocre y rojo del paisaje desértico y las manchas blancas de antiguos lagos ya desecados. Como todas las ciudades americanas, sobre todo las que están en esta zona del país, Salt Lake City se reconoce como una inmensa mancha verde, en medio de la cual destacan los edificios en altura del downtown. Si en Reno estos edificios son mayormente casinos, en SLC destaca sin duda el gran Tabernáculo de los mormones, y la inmensa mole de la biblioteca genealógica, ésa que conserva copias en microfilm y digitalizadas de los registros de nacimientos, bodas y fallecimientos de casi todo el mundo.
Salt Lake City es la capital mundial de los mormones, que a mediados del siglo XIX se refugiaron en el desierto de Utah escapando de la persecución de sus compatriotas. A los americanos no les gustaba, entre otras cosas, costumbres mormonas como la poligamia, que aún es legal en este estado. Como es ilegal, por otra parte, el consumo de alcohol por la calle, o que los bares estén abiertos más tarde de las seis. Los mormones son en este punto herederos avanzados del puritanismo moral, tan arraigado en este país.
Era mi intención haber sacado unas fotos de las "recomendaciones" que se hacen en el aeropuerto de SLC sobre el modo de comportarse en la ciudad y el respeto a sus peculiaridades y costumbres. Lamentablemente no me dio tiempo a hacerlo, ya que el vuelo salió muy retrasado de Reno, y apenas pude cruzarme el aeropuerto a la carrera para ser el único en embarcar en el vuelo a París. "Are you Oscar?" salió a preguntarme una azafata al verme correr hacia la puerta D6; se ve que ya me tenían localizado. De todos modos, ¡vaya diferencia con otros aeropuertos! Sin ir más lejos, con el de Hong Kong, donde en un trámite parecido (una conexión de menos de quince minutos) habían puesto una persona para ayudarme en el traslado. Todavía recuerdo a la china que me llevó a toda pastilla por vericuetos internos del aeropuerto hong-kongense hasta depositarme en el vuelo a Munich, aquella ocasión en que salimos de Manila en medio de un tifón. En SLC no había tifón, y tampoco ayuda alguna para llegar. Pero lo hice, eso sí, a costa de un ataque de tos en la primera media hora en el avión, producto de la sequedad del ambiente, y de mi nula costumbre de hacer deporte de alta competición (los 900 metros obstáculos con portaje de maleta).
El vuelo fue animado, ya que medio pasaje estaba compuesto, como no podía ser menos teniendo en cuenta de dónde salíamos, de jóvenes mormones en viaje de misión. Ya sabéis, puros americanos vestidos de traje con el consabido "Elder" en la tarjetita al pecho en el que aparece su nombre.


Hay que reconocer que en el fondo son muy simpáticos. Hicieron algunos rezos, o cosa similar, en el momento del despegue, y luego se repartieron por el avión a repartir sonrisas y departir con el resto del pasaje. En la foto de arriba los vemos (a la izquierda de la imagen) hablando con una pareja que llevaba a dos niños, uno de ellos un bebé. Estábamos ya cruzando Ontario, en Canadá, rumbo a la bahía de Hudson (el mapa así lo señalaba). Curiosidad: es la primera vez que he conocido a un mormón... chino. Es precisamente el de la foto, con gafas. Acostumbrado como estaba a la imagen de los mormones como rubios y altos anglosajones, ha sido un poco un shock. Elder Xian era su nombre. Simpático como él solo. Nos deseó un buen viaje. Sus superiores lo mandaban a Francia por dos años. Y luego nos quejábamos del servicio militar.
Hay que reconocer que la cháchara de los mormones ayudó a aliviar la monotonía propia del vuelo, ya que la oferta cinematográfica no era para tirar cohetes (lo mejor que echaban era Karate Kid, la nueva versión de Jackie Chan, en tres idiomas: inglés, francés y mandarín...) Mejor fue el vuelo de París a Bilbao, donde me tocó hacer de guía turístico a tres finlandeses que venían de vacaciones a Euskadi. Tuve que sacarles de algún error (no encontrarían ningún tablao en Donostia, les advertí) y les sugerí algunos sitios para ir. Curiosamente no parecían saber nada de la existencia del Guggenheim.

Camino de Euskadi. Al fondo, los Pirineos
Finalmente, llegábamos a la hora a Bilbao. Se está haciendo costumbre esto de que los aviones lleguen puntuales. Y lo mejor, echarles un abrazo a Miguel y Jaime. Y llevarles los regalos que les había prometido. Y que me perdonen los fans del Wolf Pack de Nevada: no encontré una equipación de la medida de Jaime.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Home sick

Ahora que estoy preparando mi primer corto viaje de regreso a casa (salgo mañana lunes, por eso hago la entrada el domingo por la noche), os contaré un secreto, y es que todas las novedades de la vida americana no impiden que de vez en cuando se dispare la saudade, como dicen los portugueses.



Algo parecido nos pasó el otro día, cuando Chechu propuso hacer una tortilla de patatas. Aquí van unas fotos del proceso. Con las patatas, la cebolla y los huevos no hubo problema. Peor fue lo del aceite de canola, que es el que usan aquí para freir. De usar aceite de oliva, ni hablar, que cuesta 7 dólares el cuarto, y además es australiano. Así que para lo que no sea aliñar una ensalada, hay que lanzarse a la canola de marras. No hay color. Con decir que cuando se cayó una gota al fuego, salió una humareda negra que hizo disparar la alarma anti-incendios y dejó la casa con un agradable olor a goma quemada... De todos modos, esto no nos impidió disfrutar del momento.

Rodeo


¿Qué es el Oeste? Indios, vaqueros, pistolas y rodeos. Y grandes paisajes abiertos. De esto último estamos sobrados, ya que a cualquier lado que mires, y sobre todo en dirección este, no se ven más que millas y millas de un paisaje desolado y desértico. También hemos tenido algún encuentro con indios (Native Americans es lo políticamente correcto... curiosamente todas las razas tienen aquí una denominación políticamente correcta -Asian American, African American...- menos los blancos que no son European American ni similares, sino simplemente Whites), y pistolas se ven muchas, no por las calles pero sí en cualquier tienda. Vas a comprarte una Pepsi y al lado de los refrescos te ofrecen una Smith&Wesson en buen estado por poco más de lo que cuesta un libro.
Por cierto, uno de los misterios de Reno es la desaparición de ese icono americano llamado Coca Cola. Prácticamente no la encuentras en ningún sitio. Sólo Pepsi. Algún día desentrañaremos la razon de esta curiosidad.
Este fin de semana ha tocado vaqueros y rodeo. Para completar el círculo. Lo descubrimos por casualidad, cuando fuimos la semana pasada a los Reno Fairgrounds (una especie de BEC pero muy, muy modesto, cómo se nota que esto no es Bilbao) a una feria de antigüedades. Al lado estaban descargando cambiones enteros de livestock. Fundamentalmente cuernilargos, esos bichos que miden lo que un hombre adulto de cuerno a cuerno (la vaca, no el hombre). Y vaqueros con toda su indumentaria, sombreros y espuelas incluídas, a pie o a caballo llevando la manada entre coches y trucks.



No parecían clientes de los anticuarios, así que nos colamos. Y así descubrimos que toda esta semana se estará celebrando la última de las competiciones de lo que podríamos llamar la liga americana del rodeo. Desde el lunes llevan haciendo las preliminares, y la última semana de septiembre la dedicarán a las finales.



sábado, 25 de septiembre de 2010

Basque American Traditions

Éste es el nombre del programa de radio que, como ya comenté en la entrada anterior, grabé de la mano de Jessie Bhangoo, un periodista de Arizona quien, por cierto, se ha hecho cara conocida en las últimas semanas porque ha sido uno de los que ha estado informando sobre el tema de la ley anti-inmigración de dicho estado.
Como veréis -mejor dicho oiréis- la base del programa es la entrevista con algunos añadidos. Lo que menos me ha gustado, la verdad, es el nombre de la emisora: Septic Radio.



El programa está dentro de la serie de reportajes de Human Interest Stories realizadas por Ben Jenkins. No me pregunten quién es porque no le he conocido. Así se presenta a sí mismo y a su programa:


Ben Jenkins takes his microphone to your community, wherever that is in the world telling human interest stories. He lets people tell their stories then puts them together into short stories. Topics cover the range of culture, society, art, pollution, education, health, racism, and much more. Ben Jenkins' show "Listen In" keeps up standards of journalism while telling the human stories that are often forgotten. Communities everywhere are struggling to keep their own identity in a world that is quickly becoming impersonal.

El enlace para escuchar el programa lo podéis encontrar pinchando aquí.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Live from Beijing

Por si alguien quiere pasar un buen rato, aviso que el próximo lunes a las 10:05, hora de Pekín (que serán quince horas menos en Reno, es decir algo así como las 9 p.m. del domingo; y las cuatro de la madrugada en Europa) participaré en el programa "Today" de la Radio Beyond Beijing (a.k.a. China Radio International). Se puede escuchar por internet, en esta dirección. Por si a alguien le molesta madrugar, lo que es muy comprensible, que no se preocupe porque puede bajarse el programa en diferido. Además el Sr. Xiaolin, encargado de programa (Michael de nombre de pila), nos ha recordado que se nos podrá oír en casi medio mundo: "Today, China Radio International's flagship is broadcast live Monday through Friday on AM846, Beijing, China; FM88.0, Canberra and FM104.9 Perth, Australia; AM 570,Northern California, AM 1540, Galveston, TX, AM 1320, Houston, AM 880, Hawaii, USA; FM 97.9, Ottawa, and AM1540, Toronto, Canada". Falta añadir Bilbao para que la lista estuviera completa.




El tema del programa, como no podía ser otro, es la situación del País Vasco, tan de actualidad hoy en día por las noticias de la tregua. Adjunto pongo la foto de los presentadores.



Por cierto, que la semana pasada tuve mi bautismo de fuego radiofónico, con una entrevista de tres cuartos de hora sobre inmigración vasca en los Estados Unidos. No fue en directo, sino que la editaraán para incluirla en un reportaje. Cuando se publique pondré el enlace.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Reno at night

En una entrada anterior prometía una vista de las luces nocturnas de los casinos desde casa. Aún no lo he hecho, pero mientras tanto aquí está una fotografía tomada en Sierra St., junto a la I-80, al otro lado de donde comienzan los casinos con sus luces y bullicio. No es de muy buena calidad, la verdad, pero sirve para dar una idea del despliegue de luces y colores. Los casinos funcionan como un faro en la vida nocturna de Reno. Es difícil perderse en la ciudad, ya que en el horizonte siempre estará presente la mole de uno de estos megahoteles para ayudarte a localizar tu camino.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Reno Air Races

Si el fin de semana anterior disfrutamos de las Balloon Races, este pasado ha tocado otra cosa similar, también con objetos que vuelan, pero de otro tipo. Era la Reno Air Race, que se celebró el sábado en el Reno Stead Airport. Este aeropuerto está situado al norte de la ciudad, muy cerca de la casa de Xabier, y es utilizado mayoritariamente por las avionetas privadas (a diferencia del Reno Int'l, en el sur, que es para los vuelos comerciales).
Lamentablemente no tuvimos oportunidad de ver de cerca los despegues y aterrizajes de los diferentes aviones que hicieron la exhibición. Se trataba sobre todo de cazas y bombarderos de la Segunda Guerra Mundial. Debio haber incluso algún Stuka como novedad este año. Llegamos tarde y además cobraban muy cara la entrada (y recuerdo que aún no he cobrado mi primer sueldo aquí)
De todos modos sí pudimos disfrutar de la exhibición. A eso de las diez de la mañana, cuatro aviones surcaron el cielo de Reno dejando un mensaje impreso en el aire con sus estelas. Nos pilló en el campus, al lado de casa. Aquí os pongo varias fotos y un video en el que se ve cómo los aviones van haciendo su pintura en las nubes.
Primero las fotos:





Y ahora el video. Que os guste...

Freaks

América es el paraíso de lo posible, y el infierno de las prohibiciones. Por la calle, uno puede encontrarse personajes y paisajes de lo más variado posible, paseando desde el mal gusto a la ostentación o al puro frikismo. Y lo mejor de todo es que nadie parece darle importancia al asunto. Sólo a los extranjeros se nos nota que somos extranjeros, porque todavía nos damos la vuelta cuando nos cruzamos con algún personaje curioso por la calle. O porque -como es mi caso- nos detenemos a sacar fotos.
Los americanos hacen gala de la libertad. Freedom es la palabra que más repiten cuando se refieren a su país. Es casi un dogma. Y por este motivo, la libertad individual es sagrada, incluso para hacer el ridículo. Mejor dicho, el ridículo no existe porque la soberana decisión del individuo prima sobre las convenciones. Si uno quiere ir vestido en pijama por la calle, llevando un gorro de mexicano y calzando abarcas de pastor vasco, allá él.
Pero detrás de la apariencia está el otro lado de la realidad, que también nos sorprende. Y es que por mucho que se diga, los americanos tienen también sus convenciones, y son muy rigurosos al castigar a aquel que las transgrede. Puedes ir vestido como quieras por la calle, pero a nadie se le ocurre, por ejemplo, quitarse el jersey para probarse uno nuevo en los grandes almacenes: es poco más o menos como hacer strip-tease. "Esas cosas se hacen en el probador", te dirá indignado el dependiente cuando descubra que no eres más que un inmigrante y desconocedor de las costumbres americanas. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con el alcohol. Está prohibido dentro del campus. No sólo es que no lo venden en las cafeterías, sino que si te ven llevando una lata de cerveza o similar, se te puede caer el pelo, aunque te la hayas traído de casa. Xabier quiso hacer unos años un festival gastronómico vasco en la Universidad (y ya saben lo que dijo Argiñano en la película Airbag: "Dónde se ha visto, comer sin vino"). Tuvo que recibir un permiso especial del rector para poder servir una copita de tinto acompañando al festín.
Todo esto viene a resumirse en una cosa: hay que andar con cuidado para no meter la pata.

Mientras tanto, adjunto presento algunos "personajes" y "objetos" curiosos que me he ido encontrando estos días. Había más, pero me pillaron sin cámara. Creo que merecen la pena. Al "cowboy-Indurain" lo pillamos mientras subíamos por Virginia St. camino de casa, junto a la zona de los casinos. Fue una operación arriesgada, ya que tuvimos que ponernos a su lado con el coche para tomar las imágenes. Por suerte no se dio cuenta, o le dio igual. La furgoneta -que encontramos en un pueblecito llamado Gerlach- y su decoración merece, simplemente, un no comment.



martes, 21 de septiembre de 2010

Lake Tahoe (3)

Nuestro coche bajo la protección de la bandera.
Para no ser aburrido, acabaré aquí con la serie de fotos del Tahoe. En este caso, con las que sacamos en South Lake Tahoe, donde además experimentamos tres cosas típicamente americanas: un atasco en el cruce de carreteras que se dirige a California (con todas las caravanas de la gente que regresaba a casa tras un fin de semana en el lago), un mercadillo de arte indígena, y una comida american style en el Wendy's local.
Acercándonos a South Lake Tahoe, nos encontramos por cierto con una calle llamada Tallac (cuya placa fotografiamos para probar que no nos hemos inventado la historia)


Por cierto, que en la feria el producto estrella era unas camas "rústicas" que según nos contaron deben hacer furor este año para los dormitorios americanos. Para mí, es la prueba infalible de que Pedro Picapiedra existe y debe vivir en algún sitio por los alrededores. Compruébenlo si no...


 Para finalizar, adjunto unas fotos que tomé cuando salíamos ya de vuelta a casa. Están sacadas junto a la playa de South Lake Tahoe, una de las pocas que es de arena en este lago (desconozco si es natural o artificial, pero desde luego no envidia nada a la playa de Laredo). Nos sorprendió la disposición de los diferentes azules del agua...



lunes, 20 de septiembre de 2010

Lake Tahoe (2)

Allá por inicios de la década de 1980, cuando los de mi generación ya no éramos tan niños, TVE programó una serie de dibujos animados de la misma factoría japonesa que había hecho "Heidi" y "Marco. De los Apeninos a los Andes". Se llamaba "El bosque de Tallac", lugar idílico en el que ocurrían las aventuras de dos pequeños osos. Así viene resumido el argumento en la Wikipedia:

"La historia narra las peripecias de Jackie y su hermana Nuca, dos oseznos que vivían felices en la montaña Tallac, hasta que un disparo abate mortalmente a su madre, la osa Grizzlie. Los oseznos huérfanos vagan indefensos por el bosque hasta toparse con Senda, un niño indio, y su amiga Olga, hija de un terrateniente ganadero, que pronto se encariñan con los animales. Senda se los lleva a casa y decide ocuparse de los cachorros como lo hubiera hecho su propia madre, bajo la supervisión de su padre, Kellian. Los traviesos ositos se integran en su nueva familia y se crea un fuerte vínculo entre los niños y los oseznos, pero la felicidad de todos se vuelve a truncar cuando los cachorros son robados por el malvado cazador, Bonamy, para venderlos a un espectáculo de lucha con perros. Jacky y Nuca consiguen escapar y emprenden su camino de regreso a casa en el que se enfrentarán a múltiples peligros. Pero se encuentran muy lejos y se ven obligados a hibernar solos".

Para los que sean nostálgicos, aquí va un recuerdo:



Pues bien, hace ya unos años, la primera vez que vine por estas tierras, descubrí para mi asombro que el tal bosque de Tallac no es un lugar inventado. Existe, y está ni más ni menos a orillas del lago Tahoe, en su ribera californiana.
Así que el primer objetivo de nuestra excursión, una vez llegado a Tahoe City, no podía ser otro que Tallac. Lugar que, por cierto, es además un lugar histórico, porque se halla situado en uno de los ramales de la California Trail, esa ruta de carretas que llevó a miles de colonos a mediados del XIX desde las llanuras del Mississipi a las costas del Pacífico. En nuestro caso, camino de San Francisco, que está ahí abajo, apenas a cuatro horas en coche.
Eso sí, en primer lugar nos acercamos a la ribera del lago para disfrutar de las vistas. Tanta agua junta a sólo cincuenta kilómetros del desierto es algo que parece incomprensible. No nos atrevimos a meternos en el agua, por la falta de traje de baño...

Chechu junto al Tahoe
 En la playa (de guijarros)
Una bucólica vista del lago.




Apenas treinta minutos separan Tahoe City del punto más conocido y visitado del bosque de Tallac, que no es otro que el mirador de Emerald Bay. Emerald Bay es el sitio más fotografiado del lago, y a buena fe lo merece. Se trata de una bahía excavada por los glaciares, que al arañar el granito que forman estas montañas, dejaron una forma redondeada casi perfecta, apenas unida al resto del lago por una pequeña lengua de agua. En el medio se halla la Fanette Island, la única isla del Tahoe, en el medio de la cual se halla la Tea House que construyeron allá por 1928 los dueños de la zona, quienes también levantaron una mansión de 38 habitaciones (casi casi como la mítica Villa Meona que se hizo levantar Boyer en los años míticos de su boda con Isabel Preysler) llamada Vikingsholm. Se ve que los dueños tenían antepasados nórdicos. Vikingsholm se puede visitar -nosotros no lo hicimos- y desde los dos o tres miradores que hay al lado mismo de la ruta disfrutamos de unas vistas expléndidas. Aquí os paso una muestra.


Emerald Bay
Una vista de Fanette Island
Al borde del precipicio (la amable americana se ofreció voluntaria a tomarnos la foto)
Sequoyas (pero son pequeñitas todavía)

domingo, 19 de septiembre de 2010

Alrededor de un pavo

Xabier Irujo me acaba de enviar esta foto, un poco atrasada porque corresponde a la primera semana de estancia aquí en Reno. Se trata de la cena que tuvimos en su casa en Cold Springs, alrededor de un delicioso pavo de trece kilos del que no pudimos dar cuenta, a pesar de lo que se dice de las capacidades pantagruélicas de los vascos. En primer plano, detrás del susodicho galliforme, que responde al nombre científico de Meleagris gallopavo (no nos dio tiempo a hacernos amigos, por lo que no conocemos su nombre de pila), estamos Iker (alumno del CBS), Chechu (en plena faena de entrar a matar), Iban (también alumno, saludando a la afición), y yo mismo animando al personal. Detrás, en segundo plano, Txispi (esposa de Xabi) y Tania (la tercera becaria que ha comenzado doctorado este año aquí en Reno). Faltan los cinco vástagos de Xabier, que se hallaban detrás de su padre (que ejerce de fotógrafo) viendo la escena con cierta incredulidad. No es para menos.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Lake Tahoe

La excursión al lago Tahoe es ya un clásico entre todos los visitantes a Reno. De hecho, el aeropuerto local se llama, en su nombre completo, Reno-Lake Tahoe Int'l Airport. Lo de international será porque suelen venir algunos vuelos desde Canadá, porque como es bien sabido para quienes han visitado el CBS viniendo desde Euskadi, para llegar aquí nadie se queda sin sus dos escalas de avión como mínimo.



La ciudad de Reno está situada en el extremo del desierto de Nevada. Si uno circula hacia el este, se adentra en un terreno cada vez más árido y despoblado. Hacia el oeste, en cambio, el paisaje cambia rápidamente, sobre todo cuando se asciende a las últimas estribaciones de las Montañas Rocosas, la Sierra Nevada que da nombre al estado. En pocos kilómetros la vegetación se hace mas densa, el paisaje más verde y el ambiente más húmedo. Apenas en una hora de coche, se alcanza a esta maravilla entre pinos que es el lago Tahoe. Así que ni cortos ni perezosos, Chechu y yo decidimos cubrir el hastío dominical con una visita al Tahoe.
Hay varias rutas de acceso. En nuestro caso optamos por ir dando un rodeo por California, subiendo por la interestatal 80 hasta Truckee, y de allí ascender al lago.

Saliendo de Reno por la I-80. Las montañas del fondo ya son California


Como habréis visto en el mapa, el lago está compartido, casi mitad y mitad, por California y Nevada. Son cuatro las localidades principales que se asoman a sus riberas, allí donde la costa permite el acceso fácil al baño con playas de guijarros y -también- de arena. Dos pertenecen a California y dos a Nevada, y lo curioso es que están organizadas en parejas. Al norte, tenemos al oeste Tahoe City en California, y al otro lado del borderline, pero pegadito, Incline Village que pertenece a Nevada. Lo mismo ocurre en la ribera sur, entre South Lake Tahoe, CA y Stateline, NV.

Nuestra excursión nos llevó primero por el desvío a Squaw Valley. En el desvío nos encontramos con este cartel, flanqueado por sendas banderas de Estados Unidos y de California, donde "descubrimos" que este lugar fue la sede de los Juegos Olímpicos de invierno, nada menos que en 1960. ¡Por algo no nos acordábamos ni Chechu ni yo, que compartimos edad! Buceando en la red hemos visto además que parece un lugar interesante, sobre todo en invierno. Será cosa de acercarse dentro de unos meses.
Ahora no lo hicimos, porque nuestro objetivo era otro. Así que apenas 45 minutos tras la salida de Reno, amenizados por la caravana del control fronterizo al entrar en California, llegamos a nuestro primer destino: Tahoe City

Entrada a Tahoe City
Estuvimos un rato buscando el "historical site" que se anuncia (luego descubrimos que lo más histórico de la ciudad era su campo de golf), y también intentamos infructuosamente comprar algunas pilas para la cámara de fotos y algo de comer, porque nos habíamos lanzado a la aventura sin siquiera unos bocadillos para media mañana.
Hay que reconocer que Tahoe City no es un mal sitio. Al contrario, tiene todas las cosas buenas (y no tan buenas) de un sitio turístico. El paisaje es una bendición, por el arbolado y la combinación del verde y del azul, sobre todo tras haber pasado la semana encerrado entre el amarillo del desierto y el rojo ladrillo de la universidad.


Como en otras ciudades americanas de similares características, es muy interesante ver el contraste entre los rasgos típicos del urbanismo americano (carreteras amplias, inmensos parkings, y sobre todo la profusión de moteles y lodges en los que las habitaciones van a dar al parking central), con un intento de reproducir urbanismos de otros lugares, sobre todo de Europa. Y hete aquí que hay a quien este lugar le recuerda, no sin falta de razón, a Suiza. Así que algunas edificaciones quieren en cierto modo reproducir un ambiente de Little Switzerland. Dejo a vuestra elección decidir si lo consiguen o no.




Y finalmente, al fondo, allí se ve el lago... del que os hablaré en la próxima entrada.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Greek system

Lo que, traducido, viene a ser algo así como el "sistema griego". El Greek system es una de las bases de la organización estudiantil universitaria aquí en Reno, junto con la Asun -que no es la hija de la portera, sino el acrónimo de Association of Students of the University of Nevada-.
Pero, ¿qué es el Greek system? No se trata de un nuevo estilo de cocina, ni de un sistema para "maquillar" las cuentas como dicen que hicieron en los tiempos pre-crisis los gobernantes de aquel país. Se trata de algo que nosotros sólo conocíamos por las películas. ¿En cuántas películas americanas de ambiente universitario no aparecen las conocidas "fraternidades"? Bien, pues de eso se trata en esencia, de los "clubes" de alumnos, que teniendo en cuenta la estricta división entre hombres y mujeres que aquí también impera entre los estudiantes (esto no es sólo una costumbre vasca), se dividen en fraternities (para ellos) y sororities (para ellas).
Lo de los griegos les viene por aquello de que para elegirse su nombre, las fraternidades no buscan cosas raras, sino que se denominan usando letras griegas. Delta Gamma Epsilon. O Pi Gamma Phi. O Delta Delta Delta, que más bien parece el anuncio de una compañía aérea que un club estudiantil. Hay incluso algunas fraternidades que se organizan de forma federada a nivel nacional. No me voy a extender mucho porque si alguien quiere saber más siempre puede recurrir a la socorrida wikipedia.
Las primeras semanas del curso son de una actividad frenética. Las fraternidades se pelean por acaparar la atención de los recién llegados, los rookies, para convencerles de que se integren en su fraternidad, y no en la rival. Las hay de todo tipo, incluso algunas especializadas en grupos étnicos, y las que admiten y no admiten extranjeros. Lo que es un espectáculo es el modo en que compiten por presentarse a su público: carteles, perfomances callejeras, conciertos. He aquí un ejemplo, grabado delante del Mathewson:



Otro acto de presentación se hace en las propias sedes de las fraternidades, que están concentradas en un bloque cerca de la universidad, entre Virginia St., Sierra St. y la interestatal 80 (la autopista que muere en San Francisco). El fin de semana, las casas se engalanan al estilo americano, con muchos papeles de colores, globos y otros aditamentos, para dar la bienvenida al nuevo curso.



Algunas de las imágenes me hicieron recordar a aquel famoso sketch de Les Luthiers, "Visita a la Universidad de Wildstone", y sobre todo a las chicas con sus brevísimas faldas. Las que vimos aquí en Reno no vestían faldas, pero sus aditamentos eran realmente brevísimos, la verdad.



Eso sí, dicen que una vez que cruzas el umbral, las cosas son un poco diferentes, sobre todo por los "durísimos" procesos de selección que hacen para elegir a quien se admite de entre los postulantes. ¡Ay, las novatadas! Otro tópico de las películas universitarias americanas.