Y aquí llegamos, a Los Ángeles. Antes que nada, un recuerdo especial para Toño, de Viajes Iberia en Vitoria, porque el hotel que me ha localizado en esta ciudad es un puro lujo. En pleno downtown, lo que me ha roto uno de los prejuicios que tenía sobre esta ciudad antes de conocerla: que no era una ciudad sino un conglomerado de urbanizaciones, autopistas y centros comerciales. Pues bien, tiene de todo eso, pero también tiene un centro, pequeño pero compacto, donde están los edificios oficiales y el corazón financiero de la ciudad. Y tiene aceras, semáforos y edificios en altura... todas esas cosas que nos recuerdan a las verdaderas ciudades.
Más aún... ¡incluso existen los autobuses urbanos! Otra leyenda echada por tierra. Efectivamente, Los Ángeles cuenta con transporte urbano: metro y autobuses, y por cierto, a unos precios bastante asequibles: un viaje por la zona centro cuesta 35 centavos el billete sencillo. Claro que no podemos olvidar dónde estamos: pocas ciudades tienen autobuses que te llevan, pongamos por caso, a Disneyland...
Y no sólo el 460. Las paradas de autobús aquí en el downtown, al lado mismo del hotel son todo un canto a los recuerdos de peliculas y canciones que tenían como escenario, y protagonista, esta ciudad.
Un autobús te ofrece llevar a Chinatown... Lamentablemente no estarán allí ni Jack Nicholson ni Faye Dunaway esperándonos, como en la película de Polanski. ¿Y qué decir de los recuerdos surferos que tiene "Redondo Beach, L.A.", que cantaban los Beach Boys hace ya muchos años. Desde el hotel, basta con tomar el bus 438 o el metro línea verde.
La mitología cinematográfica está en el corazón de LA, sin duda... Sin olvidar a Hollywood, que está ahí apenas a unas millas de distancia. Pero hay que volver al hotel, que es de noche y mañana comenzará el día de trabajo.
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