Finalizada mi estancia en Los Ángeles, tocaba el regreso a Reno. Solo que esta vez opté por dar un rodeo por el interior, cruzando tierras de California, Arizona y Nevada, para aprovechar la oportunidad y hacer, de paso, un poco de turismo. Sería una ruta de aproximadamente novecientas millas, pero que merecía la pena.
La primera parada de mi periplo es Williams, Arizona. Posiblemente a nadie le suene este pueblo, pero es un lugar de mucho renombre turístico en los Estados Unidos. Durante cerca de medio siglo fue la puerta de entrada al Grand Canyon, esa maravilla de la naturaleza esculpida por el río Colorado en los últimos seis millones de años.
Para llegar a Williams desde Los Ángeles hay que seguir una ruta que recuerda mucho a lo que conozco de Nevada. Es decir el desierto. Tras abandonar el valle de San Bernardino, última zona del oasis mediterráneo en el que se asienta Los Ángeles, comienza una ascensión que nos lleva desde el nivel del mar hasta los 7.000 pies de altitud (unos 2.300 metros más o menos, que es la altura a la que se halla Williams). Y con el cambio de altura, cambian los paisajes.
La mitad del trayecto es desierto: el Desierto de Mojave. Nada seguido de nada. Zona conocida por sus actividades militares (tiene la segunda base más extensa de los EE.UU. sólo superada por la de Nellis en Nevada). Aquí fue donde se entrenaron los marines que mandaron a las dos guerras del Golfo. En la autopista sólo hay gasolineras cada cien kilómetros, y algunas areas de descanso con servicios y agua, y mesas de picnic. Los carteles recomiendan encarecidamente no sentarse en el suelo para comer, por el peligro de los escorpiones. Por lo que se ve, deben ser como conejos de grandes en esa zona. Por si acaso, yo no me demoré más que en hacer mis necesidades y dejé el paseo para cuando llegara a una zona más civilizada, apenas 150 millas más adelante. Eso sí, nos sin antes hacer la foto de rigor en la calle que ocupa el último lugar alfabético en el elenco mundial de calles. Quien sepa cómo pronunciarlo, que lo intente.
(Efectivamente, es sidasidagüisidaex road)
Cruzado el desierto, el paisaje se va volviendo verde por momentos en cuanto entramos a Arizona. A alguien puede parecerle esto una contradicción (son muchos los que piensan que el nombre de Arizona, puesto por los conquistadores españoles, viene de "árida zona"), pero la verdad es que en cuanto cruzamos el río Colorado, comenzaron a verse arbustos, luego árboles y finalmente, incluso la nieve...
Williams es un centro ferroviario donde nace un ramal del Union Pacific que lleva al mirador del Grand Canyon. Inicialmente fue un tren minero, pero el avispado empresario que lo construyó pronto vio que los turistas daban más dinero que el cobre, así que lo reconvirtió. Mañana hablaré más del viaje en el tren y de las fabulosas vistas del cañón.
Saludos desde Columbus, Georgia, donde voy a experimentar por segunda vez la vida en los Estados Unidos. Inicié ese blog por mi estancia como Visiting Scholar en la Universidad de Nevada. De aquel año quedan aquí algunas experiencias, las más de ellas divertidas. Ahora toca contar los sucedidos en el otro extremo de este extenso país, como Visiting Scholar in Latin American Studies en la Columbus State University. Welcome to the South!
Un año en Reno
En este diario iremos compartiendo algunas de las experiencias -espero que la mayoría de ellas agradables- durante los diez meses de estancia, día más día menos, como William A. Douglass Distinguished Scholar en el Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada, Reno.
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Quiero comunicarme con Oscar o con alguien que haya ido al Cañon. Rosana . geogbas@hotmail.com
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