¡Qué os voy a decir! A mi me recordaba un poco a aquellas máquinas marcianas que arrasaban la tierra en el clásico La Guerra de los Mundos (no en el pestiño de Tom Cruise, sino en la versión casera de los años 50). Un poco de miedo ya daba. Por suerte no se movían, al menos durante el tiempo que pasé en el aeropuerto esperando la conexión a Reno.
(Y con esto doy por recomenzado el blog, tras numerosas peticiones de la audiencia).
¡Aliens!
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