Area 51

El Nevada Test Site tiene otro nombre, que seguro que les sonará a los amantes del misterio y zarandajas similares. Es el Área 51. Llamada así no por otra razón, sino porque era la base de entrenamiento número 51 que abrió el ejército americano.

Realmente, tanto el Test Site como el llamado Area 51 se integran dentro de un inmenso complejo militar, la base aérea Nellis, que es tan grande como el País Vasco y que toda ella se halla excluida de las miradas ajenas. Quizá por esta razón, la mitología del mundo de los Ovnis y los perseguidores de extraterrestres han hecho de esta zona el refugio secreto en el que los militares (americanos, por supuesto) habrían acumulado pruebas de la existencia de los platillos volantes y sus tripulaciones, todas ellas compuestas de hombrecillos verdes, o grises, de ojos saltones y procedentes de planetas míticos como Ummo o Raticulín.
Los americanos se dividen en dos grupos. Unos se lo creen, y más aún, piensan que películas como Men in Black no son una divertida fantasía, sino la crónica de una realidad ocultada por conspiradores y burócractas. Otros, simplemente, se aprovechan del tema y sacan rendimiento económico. Así que los habitantes de esta zona han optado por convertirse en la meca del turismo ufólogo.

Esto que veis aquí está en el cruce de la 95 con la estatal 375. La 375 une Crystal Springs con Tonopah. Doscientas millas de nada seguida de menos. Pero tiene una particularidad: bordea la zona militar por su parte norte y es el lugar habitado y accesible más cercano al área 51. Así que nada, ni cortos ni perezosos se han dedicado a sacar partido al hecho.

Efectivamente: la carretera extraterrestre. Toda ella jalonadas de ranchos perdidos en la inmensidad, reconvertidos en un gran centro temático sobre Encuentros en la Tercera Frase. El paraíso de Jiménez del Oso, si viviera... (aunque, ahora que lo pienso, quizá su muerte sea una conspiración y se encuentre disfrutando de la compañía de los marcianos aquí en Nevada... Habrá que investigar.