Lo que menos podía imaginarme por entonces es que el tal árbol de Joshua existía, y más aún, tenía todo un parque dedicado a conservar el único bosque existente en el mundo de este extraña planta, una especie de palmera que casi-casi parece una planta de otro planeta.
Este parque nacional se halla situado en el noroeste de Arizona, cerca ya de la frontera con Nevada, en la carretera que lleva de Phoenix a Las Vegas. Lo cruzamos en nuestro camino hacia esta última ciudad, siguiente destino en el recorrido de vuelta a Reno. El paisaje era, como ya estamos acostumbrado, desértico, pero con el toque exótico de estos árboles singulares.
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