Ya de regreso a Reno, siguiendo la ruta 95 que se dirige al norte (la misma que tomamos hace unos meses en la excursión a Boise), nos internamos nuevamente en zona familiar, en el desierto de Nevada.
El viaje son siete horas de completa nada. Hay zonas en las que incluso se pierde la radio, uno está en completa soledad, sólo acompañado por la visión de montañas lejanas, totalmente desprovistas de vegetación.
No es así extraño que, al final de la guerra mundial, fuera éste el lugar elegido para hacer las pruebas de las nuevas armas nucleares: las explosiones de las bombas atómicas que llevaron a cabo los americanos desde la década de 1950 hasta la de 1970.
Este lugar tan desolado es la entrada al Nevada Test Site. Al fondo a la derecha se ven unas instalaciones militares, y el pequeño poblado que aparece al centro tiene el cuartel general del lugar. Detrás de las montañas del fondo es donde se hicieron explotar las bombas. Varios centenares, durante dos décadas y media. Un espectáculo que se veía perfectamente desde Las Vegas, apenas a 150 millas de aquí.
No pude sacar la foto desde más cerca porque al ser terreno militar, está prohibido el acceso. Aunque en la entrada está este cartel que nos recuerda la importancia que tuvo este lugar.
Saludos desde Columbus, Georgia, donde voy a experimentar por segunda vez la vida en los Estados Unidos. Inicié ese blog por mi estancia como Visiting Scholar en la Universidad de Nevada. De aquel año quedan aquí algunas experiencias, las más de ellas divertidas. Ahora toca contar los sucedidos en el otro extremo de este extenso país, como Visiting Scholar in Latin American Studies en la Columbus State University. Welcome to the South!
Un año en Reno
En este diario iremos compartiendo algunas de las experiencias -espero que la mayoría de ellas agradables- durante los diez meses de estancia, día más día menos, como William A. Douglass Distinguished Scholar en el Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada, Reno.
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