Así que aquí les presento al colega y amigo llegado del otro lado del Atlántico, de la esquina más interior del Golfo de Vizcaya. Nos hemos conocido hoy en la sección de "comida gourmet" del Publix (¿dónde, si no, siendo vasco?). Al lado mismo de un Grana Padano, conversando alegremente con un auténtico Brie francés, y dando la espalda a una cuña de supuesto Manchego que se exponía orgullosa en el mismo mostrador de European Cheeses.
No obstante, encontrarse a un compatriota de tal calidad en tierra ajena y lejana le predispone a uno a perdonar todo lo habido y por haber. Así que nos hicimos colegas, lo invité amablemente a venir a casa, y juntos recorrimos el Publix en busca de algún otro vasco, o mejor de una pareja, para montar así un campeonato de mus. Pero nada, en la sección de vinos lo más que había era Ribera de Duero (Urkullu, apunta esto, que Aznar nos está ganando). Y por supuesto, en la pescadería fue misión imposible buscar al colega Bacalao, que ya sabemos que es natural de Noruega, pero todos sabemos también que los de Bilbao nacen donde les da la gana. No pregunté por las Kokotxas porque igual, con mi mala pronunciación del inglés sureño, acababa diciendo algún inconveniente y nos metíamos en problemas.
P.D. Esta mañana me he levantado y he comprobado que mi amigo Etorki ha desaparecido. No debe estar muy lejos, dado que se ha dejado la ropa aquí encima de la mesa de la cocina, bien recogidita en un plato, con su nombre y todo. Y no lo veo yo recorriendo el uptown de Columbus desnudo como lo trajo a mundo el artzaina. Voy a preguntar por su paradero a las migas del pan que andan rondando en el mismo plato, a ver si saben algo. Luego les comento.
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