Un año en Reno

En este diario iremos compartiendo algunas de las experiencias -espero que la mayoría de ellas agradables- durante los diez meses de estancia, día más día menos, como William A. Douglass Distinguished Scholar en el Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada, Reno.

martes, 29 de abril de 2014

Un banco de acero para escapar de los tornados

Ayer fue un día movido. En todos los sentidos. Los alumnos -y los profesores- cardíacos a más no poder por la inminencia del final de curso. Estamos en la última semana. Bueno, realmente en el calendario oficial de la CSU el lunes que viene, 5 de mayo, es todavía lectivo. Y los exámenes comienzan exactamente el día siguiente. Resultado: que aquí también aplican, y aplicaré, el principio de "ultima non datur". Básicamente porque no me vendrá nadie a la última clase. Más o menos, lo mismo que ocurre en nuestra facultad cuando el decanato se empeña en mantener como lectivo el periodo entre San Prudencio y el 1 de mayo. Todo el mundo sabe que son días perdidos para la docencia, pero ahí siguen. Inasequibles al desaliento. Los días, digo.
Y también fue movido por los tornados. Me enteré de que estábamos en "tornado watch" durante mi comida con Pedro y los profesores del departamento de Spanish Studies. "Maybe you'll be lucky", me dijeron, porque así tendría la experiencia de vivir un tornado de cerca, si es que acababa viniendo a esta parte de Georgia. Hombre, no creo que "lucky" sea la palabra más apropiada, respondí, pero bueno, si es por experiencias, siempre prefiero recordar que "técnicamente" sobreviví un accidente de avión. Y así contado, sin entrar en detalles, sí que es una experiencia. Pero no viene al caso.
El hecho es que la amenaza fue trágicamente real. Tocó partes de Mississippi y el norte de Alabama. Pasó rozando Birmingham, AL, que es por así decirlo la gran ciudad más próxima a Columbus. 50 tornados se formaron en 24 horas, dejando por el momento 23 muertes. Vamos, que no es para tomárselo a broma. Y hoy la amenaza sigue, aunque aquí en Georgia se espera más que haya grandes tormentas, lluvias intensas y amenaza, otra vez más, de inundaciones. Eso sí, sin que el calor agobiante disminuya, pero con un aumento de la humedad que hace insorportable pasear por la calle. Suerte que en casa tengo todo tipo de aparatos contra el calor, desde ventiladores a aire acondicionado...
En todo caso, no puedo renunciar a mi paseo matutino, café incluido, con mi visita al Iron Bank. Ya comenté en una entrada anterior que esta cafetería se halla situada en lo que en un tiempo fueron las oficinas de un banco. Hoy me he fijado un poco más en la decoración, y efectivamente, aún hay elementos que recuerdan el anterior uso del local.

¿Les suena qué es eso? Efectivamente, es una caja fuerte. Con su puerta de acero de triple capa, cuádruple cerradura y treinta puntos de cierre. Una joya del arte cajeteril, la verdad. Fabricada a comienzos del siglo XX, pero creo que todavía en buen estado. ¿Qué hay dentro? Bueno, en la primera foto, por falta de luz, no se aprecia, pero vean lo que hay en su caja gemela, situada justo al otro lado de la misma pared:
Efectivamente.... han convertido las cajas fuertes en unos coquetos "reservados" para tomar tranquilamente un café. La diferencia es que en este han abierto la pared para permitir crear una ventana y que entre luz, pero en el fondo, al estar dentro la sensación es parecida. De protección. Posiblemente sea uno de los mejores lugares de Columbus si llega el anunciado tornado.



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