Un año en Reno

En este diario iremos compartiendo algunas de las experiencias -espero que la mayoría de ellas agradables- durante los diez meses de estancia, día más día menos, como William A. Douglass Distinguished Scholar en el Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada, Reno.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

The Center for Basque Studies

No me puedo quejar, al menos por títulos no va a faltar. La denominación oficial de mi scholarship aquí en la UNR es de esas que le deja a uno el ego muy levantado. Soy ni más ni menos que el William Douglass Distinguished Scholar de este año. Lo de ser un personaje distinguido es algo nuevo para mí. Y lo cierto es que tal denominación bien se podía aplicar a los anteriores beneficiarios de este puesto; comenzando por Bernardo Atxaga, el reconocido escritor; y acabando por Santi de Pablo, que aparte de ser colega en la UPV no es catedrático por que le hayan regalado el título en una tómbola. Es una responsabilidad tener que estar a la altura de tan ilustres y reconocidos, y realmente distinguidos antecesores. Espero que al menos, aunque sólo sea por heredar su casa y su despacho, algo se me pegue.
Salimos de casa para dirigirnos, por lo tanto, a la Universidad, un típico campus americanos con zonas de prados inmaculados, árboles centenarios (la universidad data de 1874), edificios de novísima tecnología y, cómo no, el estado de fútbol americano que es sede de los Wolf Pack, el equipo universitario y, por extensión, de toda la ciudad.
 Por suerte la casa está situada apenas a unos centenares de metros, o unos miles de pies, de la sede del CBS. Es lo que llaman "walking distance"; y es una maravilla, porque entre otras cosas, aparte de hacer un poco de deporte mañanero, me ahorro los 300 dólares que cuesta el parking en la universidad a los profesores (por favor, no comenten esto al Decano de la Facultad de Letras para que no copie la idea)

Eso sí, hay que hacer un cruce más o menos peligroso: el de Virginia St., la calle central de Reno, que lleva hacia el downtown donde están los edificios más representativos de Reno: los casinos. Por suerte los americanos no conducen como nosotros y, sí, respetan los pasos de peatones.

En el plano de arriba, va marcado en verde el sitio donde está la casa, y sombreado en marrón el campus universitario. Más o menos hacia el centro, debajo del globito con el número 1, aparece el señalado el edificio Mathewson Igt Knowledge Center. Ahí es donde estamos. Que es, visto desde la lejanía, tal que así:

Para quienes conocieron al Center for Basque Studies en sus viejos, que no mejores tiempos, la sorpresa que se encuentra quien llega ahora a su sede es mayúscula. Sorpresa agradable, por otra parte. Quién no se acuerda de los misérrimos cubículos de la Getchell Library, en la parte más antigua del campus, con aquellos despachos épicos que apenas medían metro y medio de ancho. Y que se diera con un canto en los dientes al que le tocara despacho con ventana. Por no hablar de los investigadores visitantes, que tenían que buscarse la vida como pudieran entre los libros. Ya no es así. La Getchell está cerrada, y se rumorea que tendrán que derribar todo el edificio, cosas del amianto. Y el Centro ha ganado con el cambio. Está en un ala, en la zona norte del Mathewson, en el tercer piso (cuidado, aquí no existe planta baja y empiezan a contar desde abajo). Provisto de un buen número de despachos, amplios, cómodos y soleados. El colmo de la modernidad.
Para situarnos, el CBS ocupa las ventanas en el saliente del edificio que se ve a la izquierda de la fotografía. Para más información, mi despacho está en la penúltima ventana, casi al final. Está en un sitio estratégico: para acceder al CBS hay que tomar un ascensor en la planta 2ª que está situado junto a la cafetería del edificio, y desde el propio CBS hay una salida o atajo que lleva al Joe Crowley Student Union, edificio de servicios donde están todos los restaurantes del campus. No es que el olor mezcla de comida china, pollo tailandés, pizza semi-italiana y cheeseburguer sea mi preferido, pero hay algunas horas a partir de las cuales nadie es inmune.
Por dentro, el centro es funcional. Incluso para entrar, es una mezcla de antiguo y moderno. El primer día me proporcionaron todas las llaves necesarias para entrar y salir a horas y a deshoras; pero como todavía no me han dado la tarjeta con el chip identificatorio de la Universidad, cada vez que acciono una puerta más allá de las 17:00 (o antes de las 9:00) salta indefectiblemente la alarma. No es que nadie haga mucho caso, pero es un poco fastidioso que todo el mundo sepa cuándo me he escaqueado por un café (perdón, se dice bajar a secretaría).
El centro consta de una biblioteca (que estaría allí al fondo, donde se ve la luz de la cultura, en la imagen de arriba), y una serie de despachos dispuestos en forma de arco. Todos los despachos son abiertos a la ventana. Más aún, todos los despachos son individuales. Más aún, incluso los doctorandos, y con suerte los investigadores visitantes, pueden tener sus despachos individuales. Vamos, que esto comparado con Vitoria es el paraíso; y sólo le faltarían dos cosas: unos pintxos de tortilla como Dios manda, y café que realmente merezca este nombre.
Ese de ahí arriba es, efectivamente, mi despacho. Como estoy recién llegado aún no me ha dado tiempo a llenar las estanterías de muchas cosas. Tiempo al tiempo. Eso sí, ya he comenzado por ocupar desordenadamente las ¡¡¡TRES!!! mesas que rodean mi workstation. Seguro que Ana, o Virginia, se habrán hechado una sonrisa al verlo.

2 comentarios:

  1. Kaixo Oscar:
    Saiatuko naiz zure abentura amerikarra jarraitzen. Ziur urte zeharo interesgarria pasako duzula munduko alde horretan. Hemen, mundu zaharrean, gauzak beti bezain aspergarri daude. Eta inperioko hiriburuan ni te cuento. Astelehenean hasten naiz irakasten. Ea zer berri dakarren aurtengo kurtso honek.

    Besarkada bat eta ondo ibili,

    Xabi Lamikiz

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  2. Muy bueno Óscar el blog. Mucha suerte en tu estancia en EE.UU. y felicitaciones por haber sido designado el William Douglass Distinguished Scholar de este año 2010!
    Nora Siegrist

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