¿Cuál es el atractivo de Warm Spring? Pues para un historiador, bastante. Esta localidad se halla indisolublemente unida a la figura de uno de los más grandes presidentes que ha tenido los EE.UU., aunque solo fuera por su proyección, o por el tiempo que pasó siendo presidente. Fue el único presidente elegido en cuatro periodos consecutivos para ocupar este cargo -fue posteriormente cuando se estableció el límite actual de dos mandatos-. Fue el presidente encargado de pelear con la crisis de 1929, y con japoneses y alemanes en la Guerra Mundial. Efectivamente, es Roosevelt. FDR.
La historia es conocida, así que solo la citaré brevemente. En 1921 Roosevelt sufría el ataque de la poliomielitis, y a causa de ello perdió casi toda la movilidad en su piernas. Enterado de que un nativo de Columbus había escrito que tomar los baños en Warm Springs había aliviado la enfermedad y mejorado notablemente la calidad de vida a varios aquejados de la enfermedad, acudió al balneario que, por entonces, era el centro de la vida de Warm Springs. No curó de su dolencia, pero efectivamente los baños templados (de ahí lo de Warm, que no Hot Springs: la temperatura a la que sale el agua en la fuente es de unos 88 grados F, aproximadamente 30 grados C) le aliviaron. Así que decidió, primero comprarse una casa en las inmediaciones -la "Little White House", como acabaría conociéndosela- y luego, comprando el hotel-balneario para convertirlo en un hospital para el tratamiento de la poliomielitis, a través de una fundación que creó para este efecto.
Auto presidencial FDR-1, uno de los primeros con los mandos adaptados para su uso solamente con las manos. |
El interior de la casa está conservado tal y como estaba en los tiempos en que Roosevelt vivía aquí. Más aún, la sala principal de la casa, que curiosamente resulta pequeña según los estándares actuales de las viviendas americanas, mantiene incluso el mobiliario y la distribución que tenía el día 12 de abril de 1945, cuando se hallaba posando en su silla para un retrato. Durante la pausa para la comida, se sintió repentinamente mal, y doce horas más tarde fallecería de un derrame cerebral. Apenas un día más tarde, Warm Springs se convertía en el centro de interés del país, mientras se preparaba el traslado del féretro a Washington con un tren especial organizado en la estación de la localidad.
Seguidamente de ver la Little White House, nos dirijimos a los baños termales, no sin antes hacer una parada en el downtown de Warm Springs, para acudir a un restaurante de comida típica sureña que Gary recomendó. Y realmente merecía la pena. Se llama Bulloch House, y ofrecía una delicia condensada en forma de pollo frito, okra frito, tomates verdes fritos, manzanas fritas, y cosas similares. Todo frito, como es típico en el Sur. Todo frito a la manera típica del Sur. Y a pesar de que era buffet libre, no nos atrevimos a tomar postre, aunque prometo que repetimos. Desde luego, un lugar perfecto para estar en una localidad de apenas 485 habitantes.
Los baños están recién recuperados. Se han rehabilitado las piscinas, y al mismo tiempo han puesto una pequeña exposición sobre su uso y evolución.
A lo que parece, murió de éxito. La fundación para la lucha contra la poliomielitis que fundó Roosevelt, que gestionaba el sanatorio, y cuya sede central sigue estando localizada en Warm Springs, financió igualmente las investigaciones para lograr una vacuna contra la enfermedad. Y cuando la descubrieron y se generalizó, los casos de poliomielitis pasaron de miles, a cero. Y sin clientela, el sanatorio tuvo que cerrar. Hoy en día sigue su actividad, pero en otro continente. Colaboran con la fundación del expresidente Carter para erradicar la enfermedad en los pocos países de África y Asia donde aún sigue causando estragos.
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