Un año en Reno

En este diario iremos compartiendo algunas de las experiencias -espero que la mayoría de ellas agradables- durante los diez meses de estancia, día más día menos, como William A. Douglass Distinguished Scholar en el Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada, Reno.

jueves, 15 de mayo de 2014

Sweet Home Alabama

Alambama ha sido, a lo largo de mi estancia aquí en Columbus, fuente de muchas curiosidades. Todas las tardes cruzaba la frontera del estado para mi paseo a lo largo del riverwalk, tras mi jornada en la universidad. Allí estaba el supermercado más cercano, y además aprendí -un poco tarde- que al otro lado del río las bebidas son más baratas, hay menos impuestos que a este lado, en Georgia. Y es, además, la tierra del pasado, porque por esas cosas de los husos horarios, en Alabama es, oficialmente, una hora menos que en Georgia. Basta pasar el puente y uno puede volver al día anterior.

Así que aprovechando que ya no me queda aquí nada por hacer -una vez acabado el tema administrativo y con las maletas casi preparadas- me he tomado, por fin, un día libre y me he hecho una excursión por Alabama. En concreto, me he acercado a Montgomery, una ciudad apenas a hora y media de Columbus, y que me atraía especialmente por cosas relacionadas con la historia. Historia pasada e historia reciente.
Montgomery fue la primera capital de la Confederación. Aquí fue elegido el primer presidente de los sudistas en la Guerra de Secesión, antes de su traslado a Virginia. Todavía se puede visitar los edificios que albergaron las sedes de los diversos órganos de gobierno de los confederados: el palacio presidencial, el capitolio confederado... Que no es otro que el capitolio estatal, pero con la particularidad de que fue aquí donde juró su cargo el presidente confederado, Jefferson Davies.
Vista general del Capitolio

Estrella que marca el lugar en el que juró su cargo Jefferson Davies...

... que está situado justo enfrente de la puerta principal del Capitolio.

Siguiendo la costumbre americana, un "Historial Marker" explica los hechos.

Pero no era esto lo que más me atraía. He de reconocer que tras las conversaciones con Gary, especialista en el tema, y tras haber asistido a las interesantes conferencias y proyecciones públicas que el departamento ha hecho durante mi estancia aquí, mi interés se ha acrecentado. Hablo de la lucha por los derechos civiles de la población negra en el sur, los esfuerzos por acabar con la segregación racial. Momentos cruciales como la negativa de Rosa Parks a ceder un asiento reservado a los blancos en un autobús en Montgomery, que inició uno de los momentos clave en el movimiento de los derechos civiles, figuras como Martin Luther King -que residió en Montgomery durante muchos años-, capítulos desconocidos para mí como los Freedom Riders, que consiguieron acabar con la segregación en el transporte público interestatal...
Me sorprendió el tamaño de la ciudad. El caso antiguo, aunque muy castigado por el abandono -qué diferencia con el downtown de Columbus- conserva aún muchos restos de como era cuando, hace ya más de medio siglo, se iniciaron los movimientos que acabaron con la segregación.
La primera parada fue el Museo Rosa Parks, situado en la parte del downtown que hoy ocupa la Universidad Troy -por cierto, hubo quien me preguntó en la calle si era profesor de allí, debe ser que llevamos la ciencia en la cara-. Se trata de una preciosa reconstrucción, con documentos, objetos, imágenes y maquetas a tamaño natural, del boicot a los autobuses urbanos de Montgomery, que acabó después de más de 300 días con la victoria de la población negra, y fue el evento que convirtió a Martin Luther King de ministro de la iglesia Baptista a líder de los derechos civiles.

Lamentablemente, no se podía fotografiar la exposición, pero si dejaban tomar imágenes de una reproducción de Rosa Parks en el momento en que, con su negativa a ceder el asiento a un blanco, se convertiría en el detonante de los acontecimientos.


El siguiente punto de mi periplo era la antigua estación de autobuses Greyhound, hoy museo de los Freedom Riders. Primera sorpresa desagradable: estaba cerrado por obras hasta el día 25 de mayo, así que me quedé con las ganas. Solo pude tomar unas fotos de la exposición exterior, y comprobar la arquitectura del edificio, con dos puertas que daban acceso a las dos salas de espera, una para negros, otra para blancos.

Las dos puertas, segregados hasta en la espera.

De allí pasé al Civil Rights Memorial&Enter. Es uno de los museos más modernos de la ciudad. En el exterior presenta un monumento con los nombres de 40activistas, hombres, mujeres y niños, que murieron entre 1955 y 1968 en la lucha por los derechos civiles. Sus biografías, y la cronología general del movimiento, se cuenta en el interior con profusión de apoyo audiovisual.
 Las imágenes más impresionantes eran las fotos y biografías de las cuatro niñas asesinadas cuando un grupo de oponentes a los derechos civiles puso una bomba en la iglesia Baptista de la Calle 7 en Birmingham, Alabama, en 1963. Un hecho que provocó el horror y marcó el distanciamiento de buena parte de la población blanca de los más extremistas defensores de la segregación.


De regreso al coche, pasé en primer lugar por el Memorial MLK de la Avenida Dexter. Se trata realmente de la iglesia baptista de la que, como he dicho, Martin Luther King era ministro cuando se inició el boicot. Me sorprendió una cosa: lo cerca que está situada del propio Capitolio, la sede del gobierno estatal contra el que lucharon enconadamente los activistas. Apenas a una calle. Como he dicho, Montgomery es una ciudad pequeña: todos los espacios de los que he hablado están en un radio de no más de veinte minutos andando.
Finalmente, cuando me paré en una pequeña plaza (la Court Square Fountain, según me enteré luego) y me senté en un banco para disfrutar del wifi gratuito que ofrece la ciudad y poder llamar a casa, me encontré con la última sorpresa. Aquel banco se hallaba situado en el mismo sitio donde estaba una de las paradas centrales del transporte urbano de la ciudad, y fue precisamente la parada en la que subió Rosa Parks a aquel pequeño viaje que tantas repercusiones tendría.
Sorprende, en todo caso, el modo en que la ciudad ha conseguido convertir una historia de enfrentamiento, lucha y violencia interna, que amenazó con desgarrar más aún de lo que estaba la sociedad local, en un elemento de recuerdo, y hasta de orgullo. Cierto es que siguen existiendo el racismo y el odio al diferente. Pero sorprende, como digo, que en Montgomery hayan podido convertir el estigma de ser el lugar más recalcitrante del sur racista en un elemento de recuerdo, y casi uno de los principales símbolos de la ciudad. Todo el downtonw está estructurado en torno a un paseo turístico, el Civil Heritage Trail, que fue el que, junto conmigo, siguieron ayer otras muchas personas.
Pero bueno, por hoy he escrito demasiado, así que de regalo, aquí os va una de las canciones más conocidas referidas a este estado, el Sweet Home Alabama de Lynyrd Skynyrd.

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