Así que había que buscar una alternativa. Y la alternativa me la encontré casi en la puerta de casa. ¿Observan algo curioso en esta foto? Sí, efectivamente, han crecido unas curiosas "flores" en los parterres de la mediana que divide Broadway. ¿Flores? Más bien, cientos de carteles con nombres de candidatos.
Y la solución al enigma estaba detrás, en el Riverwalk Center de la CSU, el edificio habitualmente usado para representaciones teatrales, conciertos y otros espectáculos. Resulta que se iba a celebrar allí el primer debate de los candidatos de primarias para ser candidato al senado americano, representando al estado de Georgia, del Partido Republicano. La flor y la nata del GOP de Georgia, con presencia de radios, televisión y público. Entre el que me apunté yo, por supuesto.
La cosa, todo hay que decirlo, ha estado bien organizada. Se nota dónde estamos, y el comportamiento civilizado era compartido a partes iguales por el público asistente, por los candidatos, y por los moderadores encargados de que nada se escapara de su control.
En total, ha sido como cosa de hora y media de debate, incluyendo las presentaciones iniciales de cada candidato, las preguntas seleccionadas del público, las réplicas y contrarréplicas, y la declaración final de cada candidato. Como curiosidad, los tiempos estaban marcados, sobre todo porque el evento se estaba televisando y no podía pasar de la hora prefijada. A este fin, había una persona de la organización sentada en primera fila, provista -cual árbitro de soccer- de sendas tarjetas, amarilla y roja. La amarilla para indicar que se ha consumido la mitad del tiempo, la roja para indicar que se tiene que acabar ya la intervención. Si se fijan en la última foto, verán el enorme tarjetón rojo dispuesto a cortar un discurso demasiado largo. Y sí, los candidatos se atenían a las indicaciones.
Respecto al contenido, me atengo a lo que comenté con Ruy inmediatamente después de mi regreso del acto, y que más o menos responde a lo esperado teniendo en cuenta la afiliación de los contertulios: "El cambio climático no existe; los pobres deberían servir para lavar coches, abrir las puertas y barrer los suelos; quien quiera estudiar que se lo pague; y si tienes un cáncer y no tienes en el banco la millonada para pagarte el tratamiento, te fastidias. Eso sí, todo esto bajo los designios del Señor, que en su inescrutable sabiduría ha decidido que los ricos lo sean más, que los pobres lo sean más, y que Washington esté ahora mismo gobernada por el propio Satán bajo una piel de color negro. Y lo mejor, los más aplaudidos eran los más ultras: al pobre que se postulaba diciendo que él era el más moderado de todos, no lo han echado de la mesa por respeto".
Al final, los asistentes fuimos asaltados por los entusiastas voluntarios de cada uno de los candidatos, que tenían a la salida sus mesas con todo tipo de objetos (los más de ellos, pegatinas; pero también escarapelas, bolígrafos, fotografías firmadas, incluso "mugs" -tazas- decoradas). Y carteles describiendo lo malos que eran sus rivales. Pero, curiosamente, ninguno ofrecía una guía de su programa electoral. Teniendo en cuenta las limitaciones de peso para mi regreso, me limité a asaltar la sección de pegatinas y bolígrafos.
En resumen, que al final la cosa resultó más divertida, incluso, que el tributo a The Eagles. A fin de cuentas, puedo disfrutar cuando quiera del "Hotel California", tanto en inglés como en su versión en euskera, que existe. Y para demostrarlo, aquí la pongo como cierre a esta entrada.
esque los vascos llevamos la lluvia en la sangre
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