Un año en Reno

En este diario iremos compartiendo algunas de las experiencias -espero que la mayoría de ellas agradables- durante los diez meses de estancia, día más día menos, como William A. Douglass Distinguished Scholar en el Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada, Reno.

viernes, 9 de mayo de 2014

Port Columbus

Estamos a cinco horas de coche, sin paradas, hasta el mar. Eso, si vamos en dirección Este. Porque si tomamos el sur, y nos dirigimos al golfo de México, donde desagua el río Chattahoochee, la cosa se pone en cinco y media. Vamos, que así visto, Columbus está tierra adentro. Muy tierra andentro.
Entonces... ¿por qué un barrio de la ciudad se llama Port Columbus?

Bueno, la respuesta es clara. Porque fue un puerto, durante mucho tiempo. Aquí llegaban los barcos que venían a cargar el algodón para exportarlo a Europa, allá por el siglo XIX, antes de la guerra. La ciudad, de hecho, se fundó en el punto máximo al que podían llegar los barcos: más al norte, por culpa de los rápidos, era imposible. Así que Columbus nació como un puerto. Y durante la guerra, fue además uno de los astilleros militares, teniendo en cuenta que aquí había industria siderúrgica: los Iron Works que estaban situados justo al lado de lo que hoy es l facultad de Historia. Muchos de los barcos acorazados que lucharon por el Sur en aquella guerra tuvieron su origen en Columbus.

Bueno, y también algunos su final. Por eso hace unos años el ayuntamiento de Columbus decidió crear un museo para recordar el pasado militar y náutico -que no marítimo- de la ciudad. Y de este modo, se creó el National Civil War Naval Museum, precisamente en el lugar donde había estado el puerto.


El museo ofrece una historia completa de los acontecimientos navales durante la guerra, comenzando por la creación de la marina del Sur, la creación de los primeros barcos acorazados, el progreso de la técnica en el combate naval, los combates en alta mar y dentro de los ríos, y bastantes más cosas. Conserva además numerosas banderas de los barcos de ambos contendientes, y otros objetos de uso cotidiano dentro de los barcos.
La pieza histórica más importante del museo es, sin duda, los restos del Ironclad Jackson, un acorazado de la marina confederada, construido en Columbus, y que fue hundido en un combate naval en el río Chattahoochee, cerca de aquí, y que fue recuperado en una intervención arqueológica en la década de 1960. Solo se conserva parte de la estructura interior del barco, además de las hélices, pero así y todo sus dimensiones son impresionantes.

 Además, el museo conserva otras reproducciones de navíos de la época, especialmente acorazados como el "Monitor", con su innovadora torreta exterior, y otros barcos que sirvieron en la época en ambas marinas.

 Además, la visita se completa en el exterior con una réplica, varada en mitad del parque, de USS/CSS Water Witch. Lo de USS/CSS viene al caso porque fue un barco que perteneció a ambas marinas. Estuvo destacado, como parte del ejército de la Unión, en el bloqueo al puerto de Savannah, hasta que en 1864 un comando sudista lo capturó y lo reconvirtió en un barco al servicio de los Confederados. Aunque poco les duró, porque fue finalmente quemado y hundido por sus tripulantes en 1865 a fin de que no lo capturara Sherman en su marcha hacia el mar. Todavía no se han hallado sus restos.







Dentro de unas horas, por cierto, disfrutaré del Potluck especial que nos tiene preparado Amanda para todos los "extranjeros" de la CSU. Ya contaré a ver cómo sale, y sobre todo si no hay damnificados por las tortillas que me toca llevar a mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario