Un año en Reno

En este diario iremos compartiendo algunas de las experiencias -espero que la mayoría de ellas agradables- durante los diez meses de estancia, día más día menos, como William A. Douglass Distinguished Scholar en el Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada, Reno.

martes, 2 de noviembre de 2010

Euskal Herria / Irlanda


Miel Anjel Elustondo, un antiguo amigo que se pasó toda la década de 1990 recorriendo el oeste americano haciendo de periodista free lance para cubrir los pic-nics y festivales de los diversos centros vascos, me ha mandado una curiosa foto. Es un poco vieja, como veréis, pero muy significativa. Se trata del desfile de los dantzaris del centro vasco de Reno durante el festival de julio de 1999. Circulaban por Sierra St., apenas a una manzana del famoso Arco de Reno, el de la leyenda de la "Biggest Little City in the World". En la imagen los dantzaris están pasando por delante de otro "icono étnico" de Reno, el hotel-casino Fitzgeralds, ambientado con imágenes, leyendas y demás parafernalia irlandesa, comenzando por el trébol de cuatro hojas de su emblema, pasando por los nombres de sus restaurantes y habitaciones (al fondo se ve una mención a Limerick, una pequeña ciudad de la verde Eire) y acabando con una "lucky stone" o piedra de la suerte, traída -claro es- desde Irlanda y que dicen que otorga buena suerte a quien se frota con ella. La piedra se hallaba -y se halla- junto a la entrada principal del casino.


De todos modos, parece que la piedra en cuestión no le dio mucha suerte al casino, porque hace ya unos años que está cerrado. En los mismos carteles en los que veis en la foto la lista de atracciones del día, hoy sólo aparece un "cerrado por reformas". Reformas que parecen muy lejanas, porque no hay ningún signo de trabajos dentro del edificio. Más bien parece el esqueleto de un dinosaurio, inmóvil y fosilizado, acompañando a otras ruinas de casinos, más pequeños, que sobrevivían a la sombra del monstruo, y que no pudieron sobreponerse a su caída. Al otro extremo de la manzana, sobre Virginia St., se hallaba en otros tiempos un casino llamado Riverboat, ambientado como un barco del Mississippi, esos de las ruedas en los costados. Fue el lugar en el que me alojé durante mi primera estancia en Reno, allá por 1998. También desapareció, y en su lugar alguien levantó un monótono edificio destinado a hotel, que tampoco debe ir muy bien porque sus dueños lo ofrecen a la venta en carteles en sus paredes.
El negocio de los casinos, que otrora fue la base de la economía de Reno, ya no es lo que era. Como tampoco el negocio de las bodas y los divorcios rápidos.

Al menos, los dos iconos edilicios vascos de Reno aún permanecen: el Santa Fe Hotel y el Louis' Basque Corner. Por supuesto, los dos, restaurantes. Algún día iremos a visitarlos, cuando nos venza la añoranza culinaria. Ya contaré cómo se come allí.

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