Lo primero que sorprende al visitante de San Francisco, sobre todo si uno viene de un lugar como Reno, es el marcado carácter europeo que se respira. No sólo en su imagen urbana, con el tipo de construcciones, las amplias aceras, la vida callejera... sino también en las gentes que uno ve por las calles, vestidas con lo que para nosotros parece un estilo de ropa normal. No se ven aquí, o al menos no con la proliferación de otros sitios de Estados Unidos, las combinaciones de chándal, shorts, sandalias y chamarra vaquera que son el uniforme de nuestros convecinos en Reno. Donde más se nota es en el calzado. ¡Aquí la gente lleva zapatos! (aunque, de todos modos, había algunos turistas que se atrevían con las sandalias, o incluso con chanclas...).
San Francisco es una ciudad para pasear. El downtown sólo puede disfrutarse caminando y perdiéndose en el bullicio de locales y turistas que se desparraman por sus lugares emblemáticos: las tiendas de lujo entre Market St. y las fronteras de Chinatown; la diagonal Columbus; Embarcadero y el Fisherman's Wharf con sus vistas a Alcatraz y el Golden Gate; o ya más lejos la misión de los Dolores o el ambiente del barrio de Castro. Son todos lugares y paisajes que se nos hacen muy conocidos, por haber servido de escenario a películas y series de televisión.
Os contaré algunas de las cosas que descubrimos en nuestro paseo:
1.- Los tranvías de San Francisco. Son una de las señas de identidad de la ciudad, y eso que desaparecieron por la cosa del progreso en la década de 1970. Hoy se han recuperado, y tienen un marcado carácter turístico. Hay dos tipos de tranvías. Por un lado están los streetcar, tranvías al uso que circulan por las zonas más o menos llanas de la ciudad, y que combinan su uso turístico con el funcional (hay muchos locales que lo cogen, no para sacarse fotos, sino para ir de un lado a otro de la ciudad). El más conocido era el de la línea "F", que recorrre desde el inicio de Market St. hasta el Fisherman's Warf pasando por toda la zona portuaria y el Embarcadero (así, en castellano, "The Embarcadero").
Los vehículos que circulan por la línea F son todos diferentes, y muy antiguos. La línea es un auténtico museo del tranvía americano. Todos tienen un cartel interior en el que se cuenta la historia del vehículo: cuándo fue construido y en qué ciudad(es) estuvo en funcionamiento antes de acabar en San Francisco. En concreto, este que presento, y en que hicimos nuestro primer viaje, procedía de Chicago y había sido construido en 1949. Y no era uno de los más antiguos.
Por otro lado, tenemos los cablecar, que son una especie de funiculares, aptos para escalar las vertiginosas cuestas del centro de la ciudad. Hay dos o tres cablecar en funcionamiento, siendo el más conocido -y largo- el que une Market con Fisherman's Warf. Más que nada, su éxito viene, aparte de por unir dos zonas típicamente de turistas, porque hace una parada intermedia en Lombart Street, con su conocido y vertiginoso descenso en zig-zag (en una entrada posterior os pondré algo sobre esta calle).
Lamentablemente no nos subimos en este cablecar, porque aparte de ser carísimo, cuando estábamos dispuestos a ser engañados como buenos turistas, cayó una tormenta terrible que nos hizo desistir. Otra vez será... De todos modos, os pongo algunas imágenes y un video para que os hagáis una idea.
2.- La Plaza de las Naciones Unidas. Pues sí, San Francisco es un lugar histórico ya que fue donde se reunieron los aliados en 1945, con la guerra mundial todavía en acción, para dar nacimiento a la organización que, según decían, iba a acabar con los conflictos en el mundo. Huelga decir que no lo ha conseguido, pero al menos la intención era loable. Se reunieron los mandatarios del mundo en esta ciudad, en un edificio que todavía hoy es recordado por este hecho y marcado con una placa y las banderas americanas y de la ONU que ondean al viento.
3.- El Hotel Saint Francis. Está situado en pleno centro de San Francisco y es uno de los más antiguos y respetables de la ciudad (y de los más caros, todo hay que decir). Curiosamente muy poca gente lo conoce por este nombre, sino por el de Hotel Saint Gregory. ¿Se acuerda alguien de aquella serie de los años 70 protagonizada por James Brolin y Collie Selleca? El primero era el director, un apuesto barbudo llamado Peter McDermont que, con todo el tiempo libre que le daba ser director de un monstruo de diez y pico plantas, se dedicaba a hacer el bien entre sus clientes y a ligar con sus clientas. Estaban también el jefe de seguridad, la recepcionista mayor, los amores entre una de las recepcionistas y un botones, y en la última planta, Anne Baxter haciendo de Victoria Cabbot, la dueña del edificio. A mí me recordaba mucho a otra serie mítica de aquellos años, Vacaciones en el Mar, por el tipo de argumento y la combinación de un equipo fijo de actores y otros que sólo salían en cada episodio porque eran supuestos húespedes del hotel o del crucero.
Lógicamente, el Saint Francis no sirvió como lugar de rodaje, ya que todos los interiores se hacían en estudio. Pero las tomas exteriores siempre incluían un travelling a la fachada de este impresionante edificio.
4.- La tienda original de Levi's. Levi Strauss comenzó su imperio pantalonero usando las lonas con las que se cubrían las carretas de las caravanas que trajeron los pioneros al Oeste. Era un material fácil de conseguir, y sobre todo muy resistente. Su éxito fue instantáneo, y el resto es una historia conocida por todos. Levi's sigue manteniendo su tienda central en San Francisco, no en el mismo lugar que la original -que quedó devastada por el terremoto de 1905- sino en la zona más céntrica de la ciudad, aquella en la que se agolpan las tiendas más caras y las marcas más exclusivas (donde, por cierto, se ha hecho un hueco un gallego que responde al nombre de guerra de Zara). En concreto, la Levi's esta situada junto al Tiffany's (la misma cadena del de "Desayuno con Diamantes") y tiene enfrente una acera donde se agolpan todos los diseñadores de ropa de nombre francés que más suenan.
La tienda es todo un espectáculo. Son cuatro plantas dedicadas al tejano, su historia y sus mitos. En la escalera central de subida no podían faltar las imágenes vaqueras y una referencia nacional, con chaquetas vaqueras que representan a todos los Estados de la unión. Aquí me veis, como buen nevadeño, localizando y señalando sonriente a la mía.
Eso sí, es un lugar para mirar y no comprar. No os digo el precio de un 501 para que nadie se caiga de espaldas...
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